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The piece of the month of February 2012

THE PALACE OF THE congress NATIONAL VITICULTURE IN VILLAVA,
WORK OF JOSÉ YÁRNOZ LARROSA (1912)

Jose Javier Azanza López
Chair of Navarrese Heritage and Art

En el mes de julio de 1912, Pamplona y Navarra entera conmemoraron el VII Centenario de la batalla de las Navas de Tolosa. Con motivo de la efeméride, y a instancias de la Comisión de Monumentos Históricos y Artísticos de Navarra, la Diputación Foral auspició un programa de festejos de muy variada naturaleza, entre los que destacaba un Congreso de Viticultura, que por Real Orden de 25 de febrero de 1911 fue declarado Nacional y contó con el patrocinio de Alfonso XIII. En él se dieron cita 1.500 congresistas, los cuales asistieron a las cerca de 40 ponencias que, con un alto nivel científico, se desarrollaron entre los días 10 y 22 de julio de 1912.

La historia constructiva del edificio destinado a albergar las sesiones del Congreso Nacional de Viticultura resulta compleja. La intención inicial de la Diputación era que la sede estuviese en Pamplona, levantándose en la capital una construcción con carácter permanente y extendiéndose a su alrededor las plantaciones anejas. Con tal fin, el ingeniero director del Servicio Agrícola y verdadero alma mater del Congreso, Nicolás García de los Salmones, examinó el término municipal de la ciudad a la búsqueda de terrenos aptos y con la extensión suficiente para poder ejecutar el proyecto. Tales requisitos cumplían los terrenos de la “Cruz Negra” comprendidos entre los caminos de Abejeras y Esquíroz, lindantes con la carretera de la Vuelta del Castillo; sin embargo, al estar enclavados en las zonas polémicas, era necesario elevar al ramo de Guerra la correspondiente solicitud de edificación.

Las gestiones que la delegación navarra, con el alcalde de Pamplona Joaquín Viñas a la cabeza, llevó a cabo en Madrid, tanto en palacio como en el Gobierno Central y en el Ministerio de la Guerra, al objeto de lograr dicha autorización, fueron arduas. Finalmente, una Real Orden con fecha de 1 de mayo de 1911 concedía los terrenos, si bien con una serie de imposiciones que no fueron aceptadas por la Diputación Foral, lo cual le llevó a desistir de su propósito y a buscar un nuevo emplazamiento para el edificio del Congreso. 

La elección recayó en los terrenos que ya meses atrás había ofrecido para tal fin la localidad de Villava, situados cerca del límite con Burlada. Tal ubicación comportaba, a juicio de García de los Salmones, indudables ventajas: las parcelas que había que adquirir resultaban más económicas; la vid tendría allí campo más natural y favorable a su crecimiento; y desaparecían los problemas para la construcción que por su condición de plaza fuerte planteaba Pamplona. Existía además verdadero interés por parte del Consistorio villavés en construir en su término el palacio del Congreso Vitícola, no sólo por la repercusión que el acontecimiento tendría para la villa, sino porque se convertiría en elemento clave de la expansión urbana que en estos momentos prolongaba la calle Mayor a lo largo de lo que entonces era la carretera de Pamplona a Baztán (hoy Avenida de Serapio Huici), uno de los lugares preferidos por la burguesía para construir sus casas en torno al cambio de siglo, configurando una excepcional muestra del eclecticismo arquitectónico en Navarra. El acuerdo de Diputación de construir el edificio en Villava fue adoptado el 4 de mayo de 1911.

Paralelamente a las gestiones relacionadas con el emplazamiento del edificio, la Diputación acordó convocar un concurso de proyectos para su construcción. Sus bases, publicadas en el Boletín Oficial de la Provincia de Navarra, tenían fecha de 8 de abril de 1911, y recogían cuestiones relacionadas con la superficie y distribución del espacio interior –con una gran sala de exposiciones y otras cuatro salas de sesiones-, el plazo de finalización de obras para el 31 de diciembre de 1911, y el presupuesto que no podría exceder de 150.000 pesetas; el trazado y materiales del edificio quedaban al criterio del autor del proyecto. Los interesados podrían entregar sus propuestas bajo un lema en sobre lacrado en la Secretaría de la Diputación hasta el día 5 de mayo. Al autor del proyecto escogido por la Diputación se le concedería la dirección de las obras.

Al concurso concurrieron un total de cuatro proyectos bajo los lemas “Iruña”, “Aralar”, “Pro Patria” e “Iritzi bat”; desgraciadamente, y salvo el caso del ganador, no hemos podido averiguar la identidad de los arquitectos que se ocultaban tras los mismos. Finalizado el plazo fijado en las bases, pasaron a examen del Tribunal Calificador, compuesto por los arquitectos Florencio Ansoleaga, Julián Arteaga y Ángel Goicoechea. Tras un detenido estudio de las cuatro propuestas, el 10 de mayo emitieron su dictamen, en el que se decantaban por el proyecto de José Yárnoz Larrosa (Pamplona, 1884-Madrid, 1966), acuerdo adoptado por unanimidad. Así lo propusieron a la Diputación, que dio el visto bueno a la decisión del Jurado.

No cabe duda de que este triunfo marcaba un nuevo jalón en la incipiente carrera del joven arquitecto pamplonés, quien había finalizado brillantemente sus estudios en la Escuela de Arquitectura de Madrid en 1910, y ese mismo año había presentado con su compañero Modesto López Otero un proyecto de Exposición Universal en Madrid, que les valdría la medalla de primera clase en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1912. Asimismo, el 6 de noviembre de 1911 Yárnoz fue premiado, junto al propio López Otero y al escultor segoviano Aniceto Marinas, por el proyecto presentado conjuntamente para el monumento a la Constitución o a las Cortes de Cádiz, erigido en la gaditana Plaza de España.

No hemos localizado la memoria y planos del proyecto de José Yárnoz, pero sí el presupuesto definitivo de obras, que elaboró con posterioridad a la celebración del concurso. Éste desglosaba en detalle las partidas por conceptos tales como movimiento de tierras, cantería, albañilería, carpintería, tejados, armaduras y obras de hierro, y pintura y decoración, entre otros. La cantidad final ascendía a 132.672,93 pesetas.

Las tareas de construcción del edificio, adjudicadas al contratista Aniceto Goñi, comenzaron sin mayor demora para tratar de ajustarse al plazo concedido para su terminación. El 8 de junio de 1911 se llevó a cabo el replanteo y cava de tierra, y un día más tarde dieron principio los trabajos en presencia de Nicolás García de los Salmones y de José Yárnoz. En los meses siguientes, las obras avanzaron a buen ritmo, de manera que en noviembre había empezado ya a cubrirse el edificio. Pese a todo, no estaba finalizado para el último día de 1911, fecha impuesta en las bases; ni para el 11 de enero de 1912, según el compromiso adquirido por el contratista Aniceto Goñi. A mediados del mes de marzo parecía atisbarse su fin, así como el del edificio adyacente del Besta-Jira, restaurante y lugar de ocio y recreo que se construía con planos del propio Yárnoz. Precisamente a este estado de las obras correspondía la información gráfica que facilitaba la revista ilustrada La Hormiga de Oro en su número del 23 de marzo de 1912, con tres magníficas fotografías de Roldán e Hijo. De esta manera, el palacio estaba totalmente finalizado para el 10 de julio de 1912, fecha de la solemne sesión inaugural.
 

Villava. State of the works of the palace and Besta-Jira in March 1912 (La Hormiga de Oro, photos Roldán e Hijo).

Villava. State of the works of the palace and Besta-Jira in March 1912 (La Hormiga de Oro, photos Roldán e Hijo).
 

The building by José Yárnoz that housed the congress Vitícola is an exceptional example in the panorama of Navarrese architecture of the first decades of the 20th century, in which eclectic influences coexist in neo-Baroque and neo-Mudejar solutions, with elements of regionalism of Basque affiliation such as mixed rigging, rustic ashlar, and the prominence of wood. It develops a outline of three outstanding bodies, a central one and two lateral ones, united by two modules of horizontal unfolding; the three main bodies had independent accesses, of which only the central one is conserved. This is a model already consolidated from the Baroque palace architecture, and that in the case of Navarre's architecture finds its immediate antecedent in the file Provincial, designed in 1896 by Florencio Ansoleaga with an "E" shaped floor plan, with three protruding bodies in the center and at the ends, and two galleries of link between them. It is also worth remembering the National Pavilion of Fine Arts designed by Yárnoz in his project of exhibition Universal in Madrid, which is closely related to the palace of congress Vitícola both in plan and elevations and in terms of ornamental solutions, so it is very likely that Yárnoz had it in mind when designing the plans for the latter.

On the outside, the building sample is very unique thanks to its volumetric variety, the differentiation and staggering of its roofs, and the amalgam of materials used in its construction, in which rustic ashlar coexists with red brick, concrete, wooden framework, and ceramic and tile work, making it one of the best examples of pictorial or chromatic architecture in Navarre. Worthy of note at accredited specialization are the works executed in brick, which recreate geometric solutions of neo-Mudéjar roots and obtain successful effects of chiaroscuro thanks to the grouting and the protruding pointed layout. We should not overlook the various solutions used in the opening of openings, although it should be noted in this regard that the large rectangular windows of invoice modern practiced in the intermediate bodies are not original, but the result of a later intervention.

Villava. Palace of the National Viticulture congress . Main façade. (Photo: file General of the University of Navarra)

Villava. Palace of the National Viticulture congress . Main façade. (Photo: file General of the University of Navarra)
 


Villava. Palace of the National Viticulture congress . Rear façade (Photo: file General of the University of Navarra).

Villava. Palace of the National Viticulture congress . Rear façade (Photo: file General of the University of Navarra).
 

Its walls support decorative ceramic motifs representing vines and grapevines, allusive to the congress Vitícola to which it owed its construction; they are joined by others of neoplaresque roots, developed from an axis of symmetry, as if it were a candelieri composition. The ornamentation is completed by a set of heraldic references: on the side doors stand out, paired, the coats of arms of the capitals of the judicial districts of Tudela and Tafalla, Estella and Aoiz, while on the central portico rises the coat of arms of Spain, flanked by those of Navarre and Pamplona (the latter, in the case of the capital of Navarre, in a very free interpretation, since the lion appears rampant and not passing). The national coat of arms is surrounded by the following registration: "congress exhibition National Viticulture held in Pamplona in 1912". 


Villava. Palace of the National Viticulture congress

Villava. Palace of the National Viticulture congress
 

In the central body, a stairway leads to the entrance door, a wide, slightly pointed arch with cut voussoirs. After passing through it, one entered the entrance hall, which led to the wide auditorium with a hemicycle shape both inside and outside; old photographs show the exedra volume that protruded from the rear façade of the building. At the sides of this central part of the main body and divided into two levels were the halls. Currently, the entire interior space has been completely transformed, a transformation that is evident in the rear of the complex, where the original rich volume has disappeared.

Originally, the palace was surrounded by flower beds, and in front of the main façade there were two superb standard-shaped masts from which hung tapestries with the coats of arms of Spain and Navarre. At the rear of the building were the plantations of all the varieties of vines grown in Spain.
 

Villava. Palace of the National Viticulture congress . Detail of the ceramic decoration

Villava. Palace of the National Viticulture congress . Detail of the ceramic decoration
 

After the closing of the congress on July 22, a discussion was opened about its use, which in the opinion of García de los Salmones should be none other than as an oenological school and laboratory provincial chemist. However, such a possibility had some drawbacks, among which the most significant was the absence of cellars for the aging and preservation of wines. Finally, it was transformed into a School of Agricultural Experts, a function it assumed from 1914 until 1991, when this teaching was transferred to campus of the Public University of Navarra. Nowadays, and after the reform carried out in 2003, it houses several dependencies of the Government of Navarra.


bibliography
-VV. AA., Pamplona. guide de Arquitectura, Pamplona, high school Oficial de Arquitectos Vasco-Navarro, 1994.
-AZANZA LÓPEZ, J. J., La report de la report, 1212-1912. Tras las huellas artísticas del VII Centenario de las Navas de Tolosa, Pamplona, Gobierno de Navarra, 2012.