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The piece of the month of April 2016

GLORIA LAUS ET HONOR TIBI SINT. A SCENE FROM PALM SUNDAY IN THE CATHEDRAL OF PAMPLONA (1933).

Alejandro Aranda Ruiz
Chairof Navarrese Heritage and Art

"It is Palm Sunday. A very large number of faithful always attended the Cathedral on such an important day. Always the small flock was present in the great festivity that begins the painful evocation of the Passion and Death of the Divine Redeemer. But this year, we, the usual and long-time visitors to the Cathedral on solemn days, have seen the number of the faithful increase in such a way on this Palm Sunday [...]. There were hundreds of children in the Cathedral, many more than other years, but there were also hundreds of fathers and mothers accompanying their children, which is the main grade of the event". With these words a reporter of Diario de Navarra described the procession celebrated in the cloister of the cathedral of Pamplona on Sunday, April 9, 1933 on the occasion of the Palm Sunday to which this photograph corresponds.

Specifically, the image, kept in the Museum of Navarre, was taken by the famous photographer from Pamplona, Gerardo Zaragüeta, on that Sunday in 1933. Born in 1895, Gerardo Zaragüeta Zabalo was the son of Agustín Zaragüeta Colmenares who, coming from San Sebastián, founded in 1879 a well-known photography studio in Pamplona. It was in that same studio where his son Gerardo was initiated in the art of photography in 1908. After his father's death in 1929, Gerardo inherited the family business where he would take photographs until the 1960s. The photograph on sample fits very well with the characteristics of Zaragüeta's production, who had a special predilection for the topic of the fiesta. In fact, the image is a faithful reflection of the words with which Francisco Javier Zubiaur describes the author's work. "In all these images, between creative and documentary, Gerardo captures a very rich social mosaic with undeniable freshness and spontaneity [...]. He is interested in all social strata, which are defined by the atmosphere and the clothes they wear. In his characteristic photographs of the whole, in spite of the chosen scale of the shot, he manages to individualize each person with his spontaneous expression". 

Palm Sunday Procession in Pamplona on April 9, 1933.

Palm Sunday procession in Pamplona on April 9, 1933,
work by Gerardo Zaragüeta
Zaragüeta Collection. Museum of Navarra

Thus, the photograph reproduces a moment of the Palm Sunday procession in the cloister of the Pamplona cathedral presided over by the then diocesan bishop Tomás Muniz y Pablos (1928-1935). It is the identification of the prelate that has made it possible to date the photograph accurately following a process of deduction. The figure of the bishop places the photographed event between the eight years of his pontificate. If we go to enquiry the periodicals collection of these years, we can see that the procession always used to be held outside the church, unless weather conditions or the current civil legislation prevented it. Taking into account these two facts, one of the possible dates of this photograph is April 9, 1933. The hypothesis is confirmed when verifying that the chronicle of the festivity, collected on April 11 in the Diario de Navarra, was accompanied by a photograph of Galle in which the same people appear. Zaragüeta knew how to capture and transmit with his goal all the solemnity and magnificence of the preconciliar liturgy. Although the image corresponds to 1933, it could have belonged to previous centuries. Only the clothing of the faithful reveals that the act being contemplated does not go beyond the threshold of the twentieth century. 

The chronicle on Palm Sunday was accompanied by a photograph of Galle, as shown at the bottom of the article. 

Diario de Navarra, April 11, 1933
The chronicle on Palm Sunday was accompanied by a photograph of Galle, as shown at the bottom of the article. 

Sin embargo, los años pasados entre la obtención de esta fotografía y el día de hoy hacen que lo mostrado por la imagen, que hasta hace no tantos años era comprendido por el público general, aparezca ante el espectador del siglo XXI como algo ajeno e indescifrable. Aunque, al igual que antaño, las celebraciones litúrgicas y ceremoniales siguen siendo una de las principales razones de ser de la catedral, el modo de celebrarlas ha cambiado notablemente. Muchas de las ceremonias han desaparecido o se han simplificado en sus gestos, ritos y número de ministros, fruto de la reforma litúrgica y de los cambios en los usos sociales, culturales y religiosos. Es por este motivo por el que es necesario acercarse a los textos ceremoniales con el objetivo, no solo de conocer este importante patrimonio inmaterial, sino también de dar sentido a imágenes como esta y a las manifestaciones materiales de todo ese patrimonio inmaterial como son los bienes suntuarios o el patrimonio monumental y mueble. 

En lo que respecta a la ceremonia representada, el Domingo de Ramos se celebraba en la catedral de Pamplona en 1933 según disponía el Reglamento de Coro aprobado por el obispo Muniz en 1931. No en vano, durante el pontificado de este prelado el Cabildo se remozó aprobando ese mismo año unos nuevosEstatutos. Pues bien, según este texto que compilaba prácticas ya seculares, la bendición de palmas y ramos tenía lugar a las nueve de la mañana en la catedral. Tras la bendición y distribución, se realizaba la procesión que, partiendo de la capilla mayor, salía por la puerta de San José y, recorriendo la plaza del mismo nombre, entraba en el atrio por la primera puerta lateral. Frente a la puerta principal, que permanecía cerrada, se realizaba uno de los ritos más significativos del día. Al llegar allí, la Capilla de Música cantaba desde el interior del templo el himno Gloria laus et honor tibi sint y el crucífero o portador de la cruz procesional golpeaba con el astil en la puerta. Una vez abierta, se cruzaba y el cortejo procesional recorría la nave de la derecha y la girola entrando al altar mayor por el mismo lugar por el que había partido. El ceremonial catedralicio contemplaba que en el caso de que las condiciones meteorológicas fuesen adversas, la procesión debía realizarse por el claustro de la seo trasladándose la ceremonia de la puerta a la del Amparo. De este modo se realizaría la procesión que se observa en la fotografía. Sin embargo, el motivo de circunscribirla a la catedral y al claustro no obedecía a causas meteorológicas sino a las restricciones del Gobierno para celebrar manifestaciones religiosas en la vía pública. 

Por lo tanto, una vez realizada la solemne bendición y distribución de los ramos por parte del obispo, la procesión había partido de la capilla mayor y, saliendo a la nave de la izquierda, había transitado por la girola y había entrado al claustro por la puerta del Amparo. En el claustro la procesión giraba a la izquierda por la crujía Norte. Es en la crujía Este en donde se realizó esta fotografía tal y como indica el sepulcro gótico del matrimonio Garro al fondo. En el centro se sitúa el obispo de Pamplona a modo de punto de fuga y rodeado de toda la chiquillería a la que hacía referencia el “repórter” del Diario. El prelado asiste a la ceremonia como celebrante y por este motivo viste de pontifical con alba rizada de encaje, cíngulo, estola, cruz pectoral, capa pluvial y mitra. El báculo propio de la dignidad episcopal es sustituido por una palma al tratarse de la procesión de Ramos. De la indumentaria del obispo merecen destacarse los rizos del cuerpo del alba muy empleados hasta la reforma del Concilio Vaticano II en todo tipo de prendas litúrgicas como albas, roquetes y manteles. Según el Diccionario de Autoridades el rizar consistía en “hacer dobleces pulidos y menudos, en la ropa y otras cosas y se suelen formar de ello varias figuras”. 

El celebrante es flanqueado por dos diáconos de honor o gremialistas que eran dos figuras propias de la liturgia pontifical y su función primordial era servir de asistentes del pontífice. El carácter honorario de esta función hacía que en la catedral se encomendase a las dignidades más altas del Cabildo. En Pamplona, por ejemplo, los Estatutos y el Reglamento de Coro de 1931 especificaban que esta labor debían desempeñarla el arcipreste y el arcediano que eran los dos canónigos de mayor dignidad tras el deán de la seo. Al vestir el obispo capa pluvial era obligación de los dos diáconos el sostener en los desplazamientos las fimbrias o extremos de la capa, gesto que realiza uno de ellos. Habitualmente los dos diáconos de honor vestían dalmática, pero en este caso la liturgia exigía que se mudase por la planeta o casulla plicada. La forma de la planeta se diferenciaba de la de la casulla en que la prenda estaba recortada por delante. Como eran ornamentos que apenas solían tener uso, lo más habitual era emplear casullas plegadas por medio de algún mecanismo tal y como se puede observar en la fotografía. 

Delante del diácono de honor de la derecha del obispo se sitúa el presbítero asistente que viste los ornamentos que la liturgia destinaba a esta función: la capa pluvial sobre el roquete y la sotana. De los servidores del obispo era el de mayor dignidad por lo que su función era ejercida por el deán de la catedral. Frente al presbítero asistente se identifica otro canónigo que, al igual que los diáconos de honor, viste casulla plicada. Es el diácono de la misa que se distingue del subdiácono, situado a la izquierda de la imagen mirando a un grupo de niños, por la estola que asoma bajo la casulla plegada. El Reglamento de Coro asignaba la función de diácono y subdiácono de la misa pontifical a los canónigos por turno. Finalmente el cortejo se cierra por la derecha con el ministro de báculo que era el clérigo encargado de este atributo en la misa pontifical. Vestía sotana, roquete, capa pluvial y banda. La banda, muy similar al paño de hombros o humeral, se empleaba y se emplea por los ministros de báculo y mitra para sostener las insignias pontificales sin tocarlas directamente con las manos. Estos oficios eran considerados inferiores por lo que solían encomendarse a beneficiados. En la derecha de la imagen sobresalen dos canónigos con el hábito coral del Cabildo de Pamplona en aquel tiempo. Sotana filetata o con botones y ojales de color carmesí, roquete, capa y muceta con embozos y antepecho de seda o terciopelo carmesí y bonete con borla roja. 

SOURCES AND bibliography
-Jiario de Navarra, April 11, 1933, p. 4.
-Estatutos Capitulares de la Santa Iglesia Catedral de Pamplona, Pamplona, publishing house Aramburu, 1931, pp. 48-51.
-Reglamento de Coro de la Santa Iglesia Catedral de Pamplona, Pamplona, Imprenta de Jesús García, 1931, pp. 46 and 61-62.
-ZUBIAUR CARREÑO, F.J., "El fondo fotográfico Zaragüeta del Museo de Navarra" in Zaragüeta Fotógrafos. exhibition Museum of Navarra. Pamplona 29 December 2010-2 May 2011, Pamplona, Government of Navarra. department de Cultura y Turismo. Institución Príncipe de Viana, 2010, pp.15-28.