The piece of the month of June 2016
THE RELIQUARY BUST OF ST. STEPHEN, THE WORK OF AMBROSIO DE BENGOECHEA AND JUAN DE LUMBIER.
María Josefa Tarifa Castilla
University of Zaragoza
The parochial church of Arguedas counts on a rich and varied religious movable patrimony, between which one finds the reliquary bust in polychrome wood of the patron saint of the locality, San Esteban protomártir. A work that was gathered in the Monumental Catalogue of Navarre, in the first volume corresponding to the Merindad de Tudela, which saw the light in 1980, described as a Romanist piece of the last third of the 16th century.
Reliquary bust of San Esteban
Parish of San Esteban de Arguedas (Navarra, Spain)
Ambrosio de Bengoechea and Juan de Lumbier, 1597)
(Photo: M. J. Tarifa)
El busto representa al que es considerado el primer mártir cristiano según el pasaje del Nuevo Testamento (Hecho de los Apóstoles, 6-7), y el primero de los siete diáconos elegidos por los apóstoles para colaborar en la difusión de la nueva fe cristiana. Su elocuencia para convertir a los profanos le valió la enemistad de los judíos, quienes lo acusaron de blasfemar contra Moisés, por lo que murió apedreado por la multitud a las afueras de la ciudad de Jerusalén. A causa de las piedras empleadas en su lapidación, fue un santo invocado contra los cálculos y dolores de cabeza, entre otras enfermedades como la tiña, según refiere el diccionario de iconografía de Réau.
La consulta de los fondos del Archivo Real y General de Navarra nos ha permitido localizar documentación inédita referente a la autoría del busto relicario, que hasta ahora permanecía en el anonimato. El escultor que acometió la talla de bulto en madera de San Esteban fue el guipuzcoano Ambrosio de Bengoechea (doc. 1581-1623, †1625), comprometiéndose en el mismo contrato de ejecución a realizar unas andas en las que procesionar la imagen, y que dejó en blanco y concluidas para julio de 1597. Bengoechea fue uno de los discípulos sobresalientes del destacado escultor romanista Juan de Anchieta (nac. ha. 1533, act. 1551-1588, †1588) y el artista más relevante de la escultura manierista guipuzcoana. Además de participar en 1592 en la realización del desaparecido retablo mayor de la parroquia de la Asunción de Cascante junto con Pedro González de San Pedro, a su buen hacer se deben el retablo mayor de la iglesia de San Vicente de San Sebastián (1583-1592, junto con Juan de Iriarte) y en la primera década de 1600 los retablos mayores de Berástegui, San Francisco, Santa María y la Piedad de Tolosa, un sagrario para Hernani, el retablo de Olejua y el retablo mayor del convento de San Francisco de Pamplona, entre otros.
La documentación hallada revela que el 13 de julio de este mismo año de 1597 el regimiento de Arguedas, presidido por el alcalde, encargó la pintura, dorado y estofado de la imagen de San Esteban y las andas a Juan de Lumbier (act. 1578-†1626), artista con taller en Tudela desde 1582. Sin lugar a dudas, uno de los pintores navarros más sobresalientes de los que trabajaron entre las décadas finales del siglo XVI y el primer cuarto del XVII para las diferentes localidades de la Ribera de Navarra, alcanzando su radio de acción a los actuales territorios aragoneses de la comarca de Tarazona, el Moncayo y del Campo de Borja, además de la localidad riojana de Casalarreina, como han estudiado Echeverría Goñi, García Gainza y Criado Mainar. Un artista que desarrolló una pintura propia de la corriente manierista imperante en la época, de pleno carácter italianizante, con estudios pretenebristas, figuras monumentales, utilizando el escorzo como medio de expresión y aplicando a sus cuadros colores tornasolados de estirpe veneciana. Pintor que con anterioridad, en 1594, había contratado el retablo de Nuestra Señora del Rosario para la misma parroquial de Arguedas, por el que todavía estaba percibiendo pagos en 1597.
A su faceta de pintor de pincel sumó la de pintor dorador de retablos y esculturas, como es el caso que nos ocupa con el busto de San Esteban de Arguedas. De acuerdo con el convenio establecido, Lumbier acometería primero la labor de policromía del busto y después la pintura, dorado y estofado de las andas, comprometiéndose a finalizar su labor para el día primero del siguiente mes, con objeto de que el día tres de agosto, festividad del santo patrono, se pudiese sacar en procesión.
Lumbier, que percibió inicialmente 50 ducados, cumplió el acuerdo concluyendo su trabajo en el plazo establecido, aunque la tasación del mismo no tuvo lugar hasta dos años después, nombrando para ello el 29 de agosto de 1599 a Miguel de Salazar (c.1550-1618), artista residente en Pamplona, mientras que los regidores de Arguedas designaron el 20 de septiembre a Miguel de Arara, vecino de Sangüesa. El 23 de septiembre los estimadores valoraron “unas andas y peana y figura de Señor Santesteban bocacion de la dicha billa, quel dicho Joan de Lumbier a dorado, estofado y pintado…y fallamos que valen ansi las andas como la peana y la figura de señor Sant Esteban, por estar como esta todo bien echo y acabado con toda la perfeccion y cuidado, quinientos y setenta y seys ducados, muy bien balidos y ansi mismo emos visto la escritura que sobre la dicha obra se otorgo con al qual el dicho Joan de Lumbier a cumplido muy bien”.
Los regidores de la localidad consideraron que los 576 ducados era un precio excesivo, por lo que iniciaron un pleito ante los tribunales reales navarros solicitando una nueva estimación. La sentencia judicial promulgada el 29 de febrero de 1600 dictaminó que se volviese a evaluar la obra contenciosa nombrando a dos personas peritas en el arte de pintar y dorar.
La talla del busto relicario acometida por Ambrosio de Bengoechea, destinado a albergar las santas reliquias de San Esteban, comprende la mitad superior del cuerpo, con la cabeza, torso hasta la cintura y brazos completos, si bien la peana que ejecutó para procesionar la imagen no ha llegado hasta nosotros. La caracterización física del personaje nos permite identificarlo claramente. La cabeza muestra el rostro de un hombre joven e imberbe y de formas volumétricas, dotado de una mirada frontal dirigida al infinito, pero llena de vida, cuya cabellera tallada en mechones muestra la tonsura propia de su grado clerical, a la que posteriormente se le ha añadido una corona en forma de halo. Aparece vestido con la dalmática de diácono, que el escultor reproduce con gran maestría, tallando en la parte posterior las borlas pendientes de cordones, que se añadieron desde el siglo XVI y que con menor tamaño se emplearon durante algún tiempo entre los siglos VIII-XII, y que asimismo podemos apreciar en la dalmática del San Esteban que El Greco pintó con maestría en el excepcional cuadro del Entierro del Conde de Orgaz para la iglesia de Santo Tomé de Toledo.
Reliquary bust of St. Stephen
Back of the bust
(Photo: M. J. Tarifa)
St. Stephen carries the attributes that identify him, holding with his left forearm and hand a closed book -perhaps in allusion to the book of the Gospels, whose custody corresponded to the deacons-, on which are sculpted the stones with which he suffered the martyrdom of stoning, while in his right hand, which extends forward in a beautiful foreshortening, he holds either the palm of martyrdom, now fragmented, or one of the stones with which he was stoned. The image has the relic of the saint in an open hole in the central part of the chest.
The bust preserves the elaborate original polychromy, typical of the period, executed by Juan de Lumbier, with the dalmatic on a golden background decorated with tempera brush-point applications in carmine, blue and green, which reproduce figures of bugs that are born from flower buds and vegetable themes with branches and flowers. In some parts of the garment, such as the border of the sleeves of the dalmatic and the upper part of the back, the polychrome is completed with more virtuoso work. Thus, in the back of the neck, where a triangular cloth is drawn, the gold has been covered with color and striped on the edge, developing inside it a vegetal decoration of bouquets at the tip of the brush on a gold field dotted on a blue background, emulating the work typical of the textile decoration.
Reliquary bust of St. Stephen
Detail of the polychromy
(Photo: M. J. Tarifa)
In the border of the right sleeve cuff of the dalmatic, on the back of the same, cartouches of cut leather were painted with a landscape inside, all of it delimited by a striped work on a golden background. This pictorial decoration was also applied to the edge of the left sleeve, although this work has been largely lost. Finally, the neck and sleeves of the alb have a striped ornamentation on white, using polished flesh for the areas of the skin, with nuances for the cheekbones and lips, simulating an incipient beard on the face in a grayish tone.
Reliquary bust of St. Stephen
Detail of the cufflinks
(Photo: M. J. Tarifa)
Polychrome work that corresponds to the transition stage that Echeverría Goñi defined for Navarre between the final phase of Roman polychromy, marked by the use of a formal heritage of fantastic roots inspired by Roman Mannerism and the prints of the Fontainebleau school, and the Counter-Reformation polychromy, in which the vocabulary of the previous stage is reduced to the representation of vegetal scrolls or bouquets with strings of living things based on children, beasts and birds. At this time of change, the fantastic grotesques still persist, although a more restricted and monotonous repertoire of naturalistic roots burst in with force, which in a few years replaced the preceding one.
In final, an outstanding piece of the religious artistic Navarrese patrimony, that to day of today continues having the same use and cultual function for which it was created, being processed by the streets of the locality of Arguedas, on the occasion of the celebration of the festivity of patron saint San Esteban.
bibliography
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