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LOS ARCOS AND ITS DISTRICT: THREE CENTURIES BETWEEN TWO KINGDOMS (1463-1753)

14 September 2016

Between Navarre and Castile (1463-1753). The historical-artistic context
D. Román Felones Morrás. Full Professor de high school

Two factors have conditioned, from entrance, the approach of the present exhibition. The first is reference letter , the target audience, mostly residents of the towns of Los Arcos, El Busto, Sansol, Torres del Río and Armañanzas, to whom this course is addressed. They live in towns that have an important artistic heritage, with large churches built almost all of them in the 16th, 17th and 18th centuries, and extraordinary palatial houses in some cases, but they have little idea of the historical-artistic context that made such flourishing possible. On the other hand, in each of the villages they will hear specific lectures on the religious and civil heritage, with special attention to the contents of their respective churches. But is what was done in their villages different from what was being carried out in Spain as a whole and in Navarre in particular, and does the political status present any conditioning factors? Hence the need to contextualise, both historically and artistically, the period in which these buildings were erected, which basically coincides with a fact that is not unique, but very singular in the history of Navarre: the three centuries in which the district of Los Arcos was politically and administratively a territory Spanish. Although reference letter refers to the district as a whole whenever possible, both the historical and artistic facts basically refer to Los Arcos, the head of the district.

The district of Los Arcos
The "partido de Los Arcos" is understood to be the territorial demarcation of around 90 square kilometres which, separated from Navarre by the arbitration sentence of Bayonne, dictated by Louis XI of France on 23 April 1463, became an enclave Spanish in Navarre from 1463 to 1753. This demarcation, legally Castilian for almost three centuries, continued to be governed by the customs and privileges prior to its annexation. Each of the five towns that formed it, Los Arcos, El Busto, Sansol, Torres and Armañanzas, referred to indistinctly in the documentation as villas or aldeas, were independent entities and continued to maintain their own municipal council and their respective parish councils. However, in their common relations with Navarre or Castile, they acted jointly, with Los Arcos as the head of all of them and the seat of the notary's office or notary's office. None of them individually resolves the problems pending with other towns in Navarre that do not belong to their circle, because they are "another land" in another kingdom.

Localities that make up the district of Los Arcos
(Photo: Los Arcos. 2004, Panorama, nº 33)
 

From an ecclesiastical point of view, Los Arcos always belonged to the diocese of Pamplona. The ownership of the parish was vested in the bishop himself, of whom he was the titular abbot. He considered it to be the richest in his diocese, given the quantity of cereals, wine, oil and lambs it provided him with. For this reason, traditionally, in Los Arcos the parish priest has been known as "the vicar", as he was in fact the bishop's substitute. The other four parishes belonged to the diocese of Calahorra-La Calzada until the mid-20th century when, as a result of a remodelling of the boundaries, they came to belong to the diocese of Pamplona. In conclusion, it is a peculiar territory, which functions autonomously in its internal administrative affairs and jointly in its external relations, whether with Navarre or with Castile.


El contexto histórico
El siglo XV fue en Navarra una época de crisis generalizada que culminó con la conquista e incorporación del reino a la Corona de Castilla en 1515. Medio siglo antes, en 1461, en el marco de una guerra en la que se vieron involucrados Navarra, Aragón y Castilla, los tropas castellanas invadieron el territorio y conquistaron buena parte de la merindad de Estella. Ello dio lugar a una tregua y a una concordia posterior. Luis XI de Francia fue el árbitro de la contienda y dictó la sentencia arbitral de Bayona de 23 de abril de 1463. Por ella, Enrique IV de Castilla renunciaba a sus pretensiones en Cataluña y Juan II, rey de Aragón y Navarra, lo hacía a cobrar 3 millones y medio de maravedíes, además de aceptar la pérdida de una parte de la merindad de Estella, la población de Los Arcos y las villas de su partido. El 7 de julio de 1463 el ayuntamiento de Los Arcos aceptó el compromiso en un acto solemne, pero con la condición: “que acepten los tener, dejar y estar y fincar a perpetuo en los fueros, usos y costumbres, libertades del reino de Navarra, que al presente están, e de les confirmar todas las gracias, mercedes que a la dicha villa o particulares de aquella tenían y tienen”. La condición fue aceptada y el territorio pasó a partir de ese momento a depender política y administrativamente de Castilla. El gobierno municipal tuvo como autoridad máxima al corregidor, representante directo de la soberanía real. Era cargo pagado por los vecinos, ajeno al lugar y elegido por la administración real. Éste nombraba al alcalde mayor, que tomaba posesión el 1 de enero de cada año. Le acompañaban los miembros del regimiento municipal (ayuntamiento) en calidad de consejeros. Los cargos se vendían y el precio solía oscilar entre 250 y 300 ducados. Los abusos fueron frecuentes y quedaron suspendidos para Los Arcos por Felipe IV en 1651. En España se abolieron en 1812 por la Constitución de Cádiz. La administración eclesiástica dependía del obispado de Pamplona. En 1471, el número de beneficiados se redujo de 18 a 12, dada la falta de posibilidades de sustento digno para todos ellos. De las 12 plazas, 10 las administraba el patronato de la villa, pudiéndolas adjudicar por oposición a hijos del pueblo. Las otras dos las adjudicaba el obispo de Pamplona, como abad titular de la parroquia, sin obligación de residencia fija ni asistencia al coro. ¿Cómo afectó esta situación jurídico-política a la economía real de Los Arcos en estos siglos? En la primera mitad del siglo XVI, durante el reinado de Carlos I, de forma favorable. En la segunda mitad, correspondiente al reinado de Felipe II, la situación se deteriora progresivamente. En 1570 el ayuntamiento denuncia ante el rey y su Consejo que los vecinos se ven obligados a pagar en las diferentes aduanas de Castilla el 10% de sus exportaciones de cereal, además de ver registrados sus animales, y no poder sacar armas, ni dinero, ni caballos; y ante el Real Consejo de Navarra, lo mismo respecto a tierras navarras. Felipe II responde con una Real Cédula firmada de su puño y letra en El Escorial en 1571 mandando a la Cámara de Comptos y a los arrendadores de aduanas de la zona que los vecinos de las villas de Los Arcos, Torres y El Busto paguen en Navarra como si fueran navarros, no como castellanos. A partir de aquí, los comerciantes arqueños hacen uso de su condición de navarros o castellanos a conveniencia para no pagar ningún derecho de aduana. Y no sólo por los cereales, sino también por el aceite y el vino, producto capital en las exportaciones. Eso explica dos cosas: la proliferación de hidalgos, mediante asentamientos foráneos o compra de ejecutoria y la remodelación a fondo de la parroquia con los excedentes extraordinarios de las exportaciones. Una fotografía de la villa a lo largo de los siglos XVI. XVII y XVIII nos daría el siguiente retrato: La población, que osciló entre los 500 y los 1.000 habitantes en estos siglos, presenta una sociedad compleja en la que conviven el estado noble de hijosdalgo, el de francos infanzones y el de pecheros, el más abundante; el clero secular y regular, con presencia de los capuchinos; las cofradías religiosas y los gremios profesionales; los labradores y los ganaderos de la Mesta; las instituciones caritativas como el Arca de Misericordia y los hospitales. En su caserío trabajan, además de labradores, maestros canteros, alarifes, carpinteros y ensambladores de retablos. Tiene mercado semanal y ferias anuales y dos o tres escribanos, uno de los cuales sirve a las otras villas. Funciona una escuela de niños y una escuela de Gramática fundada por Diego López de Barnuevo, muerto en Lima en 1663. Tiene hospital, médico titular, cirujano, practicante, boticario y maestro albéitar (veterinario). La primera mitad del siglo XVIII discurrió sin sobresaltos. La Guerra de Sucesión afectó poco al municipio, ya que Navarra y Castilla apoyaban a Felipe de Anjou. Las mejoras económicas propiciadas por los borbones comenzaban a dar su fruto y la población del municipio se dobló en sólo cincuenta años. Los trabajos de decoración de la iglesia acababan de terminar y ésta lucía en todo su esplendor. Pero saltó la chispa. Las cortes de Tudela de 1743-1744 prohibieron la entrada del vino de Los Arcos y las villas de su partido en Navarra, con lo que se estrangulaba la economía del municipio. La villa recurrió al rey y remitió el memorial a las cortes de Navarra, que denegaron la petición. En un segundo memorial, solicitaron a la Cámara de Castilla que quedara sin efecto la ley y se introdujo la petición de que Los Arcos y su partido se reintegraran al reino de Navarra, con las condiciones que en el memorial se exponían. La idea fue de Francisco de Magallón y Beaumont, marqués de San Adrián, ilustrado terrateniente de la población de la que había sido alcalde en 1742. Frente a la opinión del virrey de Navarra que era partidario de arrancar las viñas para evitar los problemas, Magallón refutó la tesis y añadió unas reflexiones dirigidas a la Diputación del Reino sobre “la conveniencia de admitir la incorporación de Los Arcos y las villas de su partido a Navarra sin necesidad de imponerles la obligación de desplantar las viñas”. La villa dio poderes a Tomás de Elorza, alcalde de nobles, y a Antonio de Santo Domingo, vicario perpetuo, para que hicieran ante el virrey de Navarra las gestiones oportunas. Se logró que se mantuvieran determinadas mercedes reales y que, de ninguna manera, supusiera mengua alguna de cuanto se tenía conseguido. Fernando VI dictó la real resolución el 15 de marzo de 1753. En el se reproduce casi en su totalidad el memorial enviado por la villa en 1744 y se dan las instrucciones precisas para la constitución del nuevo ayuntamiento. Los Arcos y su partido volvían a ser de nuevo territorio navarro.

Aerial photograph of Los Arcos, 1931
(Photograph: José Calderón. Los Arcos. 2004, Panorama, nº 33)

 

The artistic context
In order to properly situate each of the artistic ensembles that would be studied monographically in the following lectures, a brief overview was given of the styles developed in Spain over the three centuries - late Gothic, Elizabethan, Plateresque, Renaissance proper, Herrerian, Baroque, Churrigueresque, Rococo and Neoclassical - illustrated by an artistic work of special significance. The same was done with regard to Navarre, previously pointing out some characteristics of the period: a certain delay in time and an unequal development ; and the quantitative and qualitative abundance of Plateresque and Romanesque altarpieces, and the great Baroque constructions and altarpieces as its most outstanding elements. We then went on to study the emblematic case of the parish church of Santa María de Los Arcos, which presents, from entrance, the following summary: The church arrived at the end of the Age average as a late Romanesque construction erected at the end of the 12th and beginning of the 13th century, with three naves, a pointed barrel vault in the central nave and a dome over the Wayside Cross. 

Los Arcos
Parish Church of Santa María. Map
(Monumental Catalogue of Navarre)

 

El profundo proceso de remodelación del conjunto parroquial, en el que cabe hablar de una verdadera reedificación, se llevó a cabo a lo largo de los siglos XVI, XVII, XVIII y XIX. A su finalización, la primitiva fábrica medieval había desaparecido prácticamente embutida en una estructura inicialmente renacentista y posteriormente barroca. El proceso se desarrolló en cuatro fases, desiguales en importancia y duración, cuyos hitos son los siguientes: 
- Primera fase: remodelación gótico renacentista (siglo XVI) A esta época corresponden el claustro, dos capillas anexas, la torre, la remodelación de las naves, el espacio conjunto del sotocoro, escalinata, coro y trascoro, la portada y el pórtico o zaguán. La dirección artística de las obras fue llevada en su mayor parte por los maestros canteros de la familia Landerráin, con la colaboración de otros muchos profesionales. Por espacio de unos setenta y cinco años, comenzando con los primeros contratos en torno a 1540, tres generaciones de Landerráin, Martín, Juan y Lucas, y Pedro, se sucedieron en la dirección de las obras. Las razones de la remodelación no hay que buscarlas ni en las malas condiciones de la fábrica ni en motivos demográficos. Probablemente influyeron más la nueva etapa de paz y mejora económica, y las ordenanzas derivadas de Trento. La inversión alcanzó la altísima cifra de 25.000 ducados, pagados de forma escalonada con los fondos procedentes de la primicia parroquial. 
- Segunda fase: remodelación barroca (1699-1705) Pasados algo más de 100 años desde la remodelación renacentista, dos razones poderosas incitaron a una nueva intervención: por un lado, la iglesia se había quedado pequeña ante el empuje demográfico y, por otra, la mayor parte del espacio lo ocupaban las columnasy pilares de sus tres naves. Por ello se decidió “hacerla de una nave, y con la mayor hermosura posible, correspondiente al mayor culto y veneración, alargándola juntamente diez y ocho pies”. Las obras fueron extraordinariamente rápidas, ya que duraron solamente 6 años. Las tareas consistieron en la práctica demolición de su interior, del que solo se salvaron los muros maestros de ambos lados. Estos fueron recrecidos por encima de la cornisa actualmente existente dando lugar a una planta de cruz latina de una sola nave, mas dos capillas entre los contrafuertes, gran crucero no destacado en planta pero sí en alzado, y cabecera pentagonal. La iglesia se cubrió con bóveda de medio cañón con lunetos, excepto el tramo central que se hizo mediante cúpulas sobre pechinas. La dirección de las obras corrió a cargo de Domingo de Iturbe y Juan de Aguirre. El costo ascendió a 8.000 ducados, que hubo que tomar a préstamo en su mayor parte. 
- Tercera fase: decoración de sus dependencias (1736-1745) Esta fase se inició con la reposición del retablo mayor, ejecutado antes de la ampliación barroca. Es uno de los primeros y excepcionales ejemplos del barroco navarro, datable en la segunda mitad del siglo XVII. El autor principal fue el maestro ensamblador Diego de Ichaso, perteneciente al taller de Cabredo. La obra fue tasada en 13.590 ducados. A éste siguieron los retablos colaterales del crucero y de la nave central, obras de estilo churrigueresco de Juan Ángel Nagusia, datables en la primera mitad del siglo XVIII. Finalmente, Diego de Camporredondo, en una labor próxima al gusto rococó, trabajó la espléndida caja del órgano, los complementos del retablo principal, y la cajonería y el retablo de la sacristía. Todo ello fechable en los años centrales del siglo XVIII. La decoración de los retablos y muros del templo fue encomendada a José Bravo y su equipo, que la concluyó en 1745. La iglesia adquirió una cierta uniformidad y convirtió al templo en una riquísima estancia barroca, lujosa en grado sumo, sin despojarla de la religiosidad ambiental. La pintura, dorado y estofado ascendió a la cantidad de 7.868 ducados de plata vieja. 
- Cuarta fase: un complemento neoclásico (primer tercio del siglo XIX) Pocos años después de que Los Arcos fuera elevado a cabeza de partido judicial en 1821, el zaguán se remodeló en el más puro estilo neoclásico, según traza de Manuel Ángel Chávarri. “Esta obra la hizo -año 1826- Pasqual Otamendi”, reza el friso del pórtico. El siglo XVIII fue, probablemente, el siglo en el que el urbanismo de la villa brilló especialmente. El recinto amurallado, básicamente el mismo de la época medieval, conoció la pavimentación con adoquines de todas las calles y plazas del pueblo. Es el momento en el que se levantan las grandes mansiones de piedra o ladrillo. Buena parte de ellas con las armas de nobleza colocadas en la fachada. En 1753, año de reincorporación a Navarra, el número de casas con escudo ascendía a 45. Esta riqueza artística no es atribuible sólo a Los Arcos. Las otras cuatro poblaciones disponen también de un rico patrimonio religioso y civil que se presenta de forma sucinta, dado que será objeto de tratamiento específico en próximas sesiones del ciclo.

Los Arcos
Parish Church of Santa María. Tower

Los Arcos
Town Hall and private house. 18th century
(Photo: Los Arcos. 2004, Panorama, nº 33)


Final considerations
Given the historical and artistic context of an unusual status , what would be the balance of the three centuries for the Los Arcos district? We would venture to sum it up in the following terms: - The status experienced by the five towns was neither sought nor wanted, but it was assumed and channelled by means of the pact to try to obtain advantages from an atypical status . - The balance does not seem unsatisfactory, given that the political grants from the kings, signed in their own handwriting in some cases, came one after the other, acting with liberality and condescension. - As a result, the town had no particular complaints from the Castilian monarchs, but it did have complaints from some of its councillors. - Its peculiar status brought extraordinary surpluses to the municipality and the parish. - These surpluses made it possible to finance the remodelling of the parish complex and the town planning of Los Arcos. - These conclusions, valid for Los Arcos, are also applicable, to a lesser extent, to the towns in its district.

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Los Arcos and its district: three centuries between two kingdoms (1453-1755)

PROGRAM


Wednesday, 14th September
Between Navarre and Castile (1463-1753)
D. Roman Felones Morrás. Lecturer in History of Art at classroom de la Experiencia. Public University of Navarra

Tasting and savouring: the arts at the service of the senses in the parish church of Los Arcos
D. Ricardo Fernández Gracia. University of Navarra

Thursday, 15th September
Another jewel of the Renaissance in Navarre: the altarpiece of San Andres de El Busto
D. Pedro Luis Echeverría Goñi. University of the Basque Country

Stone and stonework at the service of the Church and the nobility in Sansol
Ms. Pilar Andueza Unanua. University of La Rioja

Friday, 16th September
Armañanzas: in the footsteps of its church, altarpieces and emblazoned houses
José Javier Azanza López. University of Navarra

The artistic heritage of Torres del Río: much more than the Santo Sepulcro (Holy Sepulchre)
María Josefa Tarifa Castilla. University of Zaragoza

Saturday, 17th September
visit Guided tour to Torres del Río, Armañanzas, Sansol, El Busto and Los Arcos.