C.121 - Edison case
"The accused Edison Andrés, F. G., in common agreement with Danny Alexander E. G., with the intention of illicit benefit and following a previously agreed plan, around 18.20 hours on 20-09-01, when Manuel and his wife Mercedes, dedicated to the sale of jewellery products, arrived in their vehicle at the height of Miramar Avenue, while the wife was going to a home, she was approached by the accused Edison who with a gun intimidated her so that she would not move. Simultaneously to the above, as the husband had remained inside the vehicle, upon noticing the defendant's action on her, who was grabbing her by the neck, he tried to get out of his vehicle to help her. At that moment Danny Alexander approached Manuel and showed him a gun and said "if you move, I'll kill you". Afterwards, the accused Edison abandoned the woman, went to the vehicle, took Manuel out and got into the vehicle and fled, taking with him five briefcases and five handbags containing jewellery valued at 44,479.90 euros, which was the purpose of the criminal operation. Mercedes, in her attempt to prevent the accused from stealing the vehicle in which they were carrying the valuable jewellery, grabbed Edison through the window and was dragged along the road six or seven metres from the car she was driving, resulting in injuries consisting of erosions and bruises that required first medical attention attendance ".
(SAP Málaga, 19 July 2002; pte. M.J.A.B.; JUR 2002, 248594).
Who steals, Edison or Danny?
I. The facts show that Edison and Danny had set up agreement to assault Manuel and Mercedes and rob them of a jewellery collection they were carrying. Mercedes, who tries to prevent the former from taking the jewellery box that was in the car, grabs hold of him through the window, while Edison makes off with the loot. As a result, Mercedes is dragged by the car and suffers some injuries.
II. In the account of proven facts there are two persons, Edison and Danny. The responsibility of each of them should be analysed separately, and the degree scroll by which each of them is responsible for the facts described should be left for a later moment. Furthermore, two moments can be distinguished in the case whose individual evaluation clarifies the grade of this case. We will analyse the actions of each of the defendants by category.
II.1. With regard to Danny's actions, and assuming that the proven facts cannot be altered, it can be seen that he pointed a gun at Manuel at the same time as he uttered a phrase ("if you move, I'll kill you"). The combination of both data allows us to affirm that Danny acted: it is a human process that any person can understand as conduct because it conveys a meaning, insofar as he had alternatives or self-control (he could have not pointed the gun at him, or could have done so with a knife, he could have said that intimidating phrase or not said it, or could have said another one...). It can be said that Danny is engaging in human behaviour.
As for Edison's conduct, the following must be said. It is stated in the evidence how, at first, Edison approached Mercedes with a gun. On this it can be said, as we have already stated for Danny, that pointing a gun at someone is only possible by means of a human process and with alternatives, i.e. with self-control. In a second moment, Edison leaves the lady and gets into the car from which he had previously taken Manuel, in which there was a large amount of jewellery, but in his driving he drags Mercedes, who had clung to him through the window of the car to prevent Edison from driving away with the briefcases. Here, too, it can be said that this human and self-controlled process exists (for example, he could have braked, he could have taken the briefcases out of the car and fled on foot...). It follows that Edison also engages in human conduct.
II.2 . We must now analyse whether or not the conduct of both is typical. First of all, let's see if Danny's conduct is criminal subject . In order to do so, the conduct must be understood as a whole. The fact of intimidating is in itself a conduct that creates a typically relevant risk of threats ("if you move I'll kill you"), which is of a serious and credible nature, as Danny was carrying a weapon. Therefore, ex ante the risk of subject is present; and ex post it produces the intimidating effect on the victim, and is not the product of his defective representation. Therefore, the subject goal of threats (art. 169) is fulfilled. But why did the accused intimidate Manuel? If we take this circumstance into account, the evaluation of the conduct may vary. Danny threatened him so that he would not get out of the car to defend his wife, so that he could control the status and later, once they were both intimidated, take the objects they were carrying in the car. Therefore, intimidation can be understood as part of a more complex crime, in which intimidation is relevant: robbery with violence or intimidation (arts. 238 and 242). However, robbery with violence or intimidation requires that the intimidation is a means to achieve the seizure of a movable property against the will of its owner. Danny does not seize the car and the jewellery it contains. We will see this later.
As expressed in Las Partidas (XIII c.), VII, degree scroll 34, "E Dixeron [los Sabios], que la culpa del uno, non debe empecer à otro que non aya parte" (regla XVIII).
Danny conoce que lleva en la mano una pistola y los efectos intimidantes en nuestra sociedad que lleva consigo el exhibir un arma, sobre todo si se acompaña con una frase amenazante. Por tanto, conoce perfectamente que está realizando una conducta susceptible de ser calificada como amenazas o intimidación. Si además conoce la dirección de la amenaza al subsiguiente apoderamiento, sabe de la funcionalidad de la intimidación como parte del robo (la segunda parte del hecho ilícito, el apoderamiento, se produce posteriormente y, por cierto, él no lo realiza). En cualquier caso, ambas conductas (intimidación e intimidación dirigida al apoderamiento) podrían imputársele a título de dolo. La conducta o conductas delictivas pueden imputarse objetiva y subjetivamente a Danny.
En cuanto a la conducta de Edison, para la primera parte de su actuación puede repetirse lo dicho para Danny: al mostrar la pistola y decir lo que dijo a Manuel, crea un riesgo propio de intimidar, que realizaría ya por sí el tipo del delito de amenazas. A continuación, al sacar del vehículo a Manuel, estaría ejerciendo fuerza física sobre él (coacciones) combinada con fuerza moral (intimidación, ya analizada). Dichos actos se enmarcan en el delito de robo (art. 242). Si, por otra parte, se lleva el vehículo ajeno, aunque sin intención de hacerlo propio, sino solo con el fin de apoderarse de las joyas que se hallan en su interior, crea el riesgo propio del delito de apoderamiento de uso de vehículo de motor (art. 244.4). Tiene además pleno conocimiento de lo que realiza: que lleva un arma, que la esgrime, que dice algo a Manuel de sentido amenazante para cualquier persona en esa situación. Y cuando se lleva el coche con los maletines que pretende hacer suyos, conoce (sin posible error) que se está apoderando de objetos ajenos (los maletines, con ánimo de lucro, y el coche, sin tal ánimo): se ve colmado el tipo subjetivo del delito de amenazas, robo intimidatorio y robo de uso.
Además, en un segundo momento, con su conducta Edison crea otro riesgo típicamente relevante. Con su conducción del vehículo mientras se hallaba Mercedes sujeta a él, crea un riesgo de menoscabar la salud de una persona (lesiones) que se realiza en el resultado, puesto que efectivamente sufre esta erosiones y hematomas que requieren primera asistencia facultativa (lesiones del art. 147.2). No me parece imputable a la víctima haber creado un riesgo para sí misma (a fin de cuentas, agarrarse a un coche en marcha –o a uno de sus ocupantes a través de la ventanilla– conducido por un ladrón, es una buena manera de acabar muy mal), porque ella obra en legítima defensa del patrimonio: es decir, aunque para ello cree un riesgo contra sí misma, dicho riesgo no es típicamente relevante por ser valorado por el Ordenamiento positivamente: como legítima defensa. El tipo objetivo del delito de lesiones se cumple. Y también se cumple el tipo subjetivo. En efecto, Edison sabe que, si conduce el coche y alguien le está agarrando a través de la ventanilla, se crea un riesgo enorme de que pierda el equilibrio y sea arrastrado por el vehículo. Es imputable objetiva y subjetivamente a Edison el tipo de las lesiones dolosas consumadas.
II.3. No hay nada que nos lleve a pensar que los hechos de Danny estén amparados por alguna causa de justificación. No ha sido amenazado antes por Manuel, así que no existe legítima defensa, ni hay estado de necesidad, ni cumplimiento de un deber o ejercicio de un derecho, oficio o cargo. Por tanto, la conducta de Danny es antijurídica. Lo mismo puede decirse de las conductas de Edison, en las que no concurre ninguna causa de justificación; por lo tanto, su actuación es antijurídica.
II.4. Tampoco se dice nada en los hechos probados sobre aspectos que puedan afectar a la culpabilidad. Así pues, podemos afirmar que tanto Danny como Edison, son en principio culpables de los hechos que se les imputan. Igualmente, su conducta típica es punible.
II.5. A partir de aquí, es preciso deslindar la responsabilidad de ambos intervinientes: es decir, ¿en qué medida responden cada uno por lo realizado? De los hechos se desprende que entre Danny y Edison existía un acuerdo de voluntades, al menos en lo que se refiere al delito principal, la sustracción de las joyas. Ambos se habían puesto de acuerdo para interceptar a Mercedes y Manuel conociendo que eran representantes de joyería para sustraerles su muestrario. El acuerdo de voluntades es uno de los requisitos necesarios para que pueda hablarse de la imputación de los hechos a los intervinientes como coautores. Es preciso además que se ejecute el plan conjuntamente, lo cual no significa co-ejecución en todos los actos, sino que cabe la distribución funcional de tareas. Al respecto, sabemos, porque lo relatan los hechos, que los dos intervienen de distinta forma y por ello hay que ver cuál era el contenido de su acuerdo anterior. Parece claro que el acuerdo versaba sobre la sustracción de las joyas: que se pensaba en un robo con violencia o intimidación parece claro, porque ambos portaban armas y proceden contra dos personas que llevan joyas. Al acuerdo sigue la realización: la intimidación de Danny y el apoderamiento de Edison, manifestación de la distribución funcional de roles. Aunque los dos no lleven a cabo las mismas conductas, sino que existe una distribución funcional, el criterio de «imputación recíproca» permite que tanto Edison como Danny respondan como coautores por un mismo delito de robo con violencia o intimidación. En concreto, serían coautores del delito de robo intimidatorio, tanto de las joyas, como del vehículo (robo de uso). Incluyo dentro del acuerdo mutuo la sustracción del vehículo por cuanto no parece que el plan de apoderarse de los maletines pueda llevarse a cabo sin salir de la escena rápida y definitivamente, cosa que no sería posible si se llevaran los maletines en sus propias manos por la calle: es defendible, por tanto, que hay acuerdo también para apoderarse de esa manera.
Por lo demás, es problemático el tratamiento de las lesiones sufridas por Mercedes al asirse a Edison cuando este desaparece con el coche. Que Edison es autor de las lesiones ya ha quedado argumentado, al afirmar que objetiva y subjetivamente su conducta realiza el tipo de lesiones. Pero nos preguntamos si además se puede atribuir, mediante la imputación recíproca, a Danny. Hay que determinar si el acuerdo de voluntades englobaba las lesiones de Mercedes. Sobre este aspecto hay que concluir que no. Podría afirmarse que al llevar armas, las lesiones con estas, sí podrían quedar dentro del plan conjunto. Pero aquí las lesiones se producen de otra manera, que no parece quede abarcada por el plan inicial. Por tanto, como ni existía acuerdo previo sobre esto, ni el hecho típico lo realiza Danny, ni para este era previsible que esto sucediera, hay que concluir que las lesiones pueden ser únicamente imputadas a Edison.
III. Conclusion: Both Edison and Danny would be liable for the offence of robbery by intimidation (art. 242) and the offence of theft by use of a motor vehicle (art. 244.4). These offences include, by concurrence of norms, the threatening acts, which would not be punished separately, as a separate offence. Edison would also be manager, in addition, at degree scroll as an individual perpetrator, of a crime of injury (art. 147.2), in real concurrence.
Cf. also C.23.
As we have already seen, by adopting an evaluative criterion (that of control over the act), it is possible to differentiate between control and mere execution. It can thus be the case that a subject executes and yet is not the perpetrator. The reason for this is that he lacks control over the execution of the act. Note that there can then be no co-perpetration (C.121), since there is no mutual agreement, which results in a lack of control over the execution of the act. If the lack is so great that the perpetrator is unaware of the possible criminality of his conduct (i.e. he knows that he is acting, but lacks the representation with respect to all or part of the elements that could make his act criminal, i.e. he is in error subject), he will not be liable. In fact, if the person performing the act is unaware of an essential element of the act, he will not be liable for that act. Instead, the person in control of the status, who has "caused him to act", will be liable. Here the control of the act is given by instrumentalisation of an executing subject: the control influences one subject (the so-called "man behind") on another who is the executor (the so-called "man in front"). Who is liable? It seems obvious that the "person in the back" (this is the name given to the one who has dominion over the act and yet does not execute) will respond. These cases are identified as cases of "perpetration-by-means", an expression that indicates how someone "works through". And this is precisely what occurs in these cases: perpetration-by-means exists by virtue of control over the act, a control that is perceived in the instrumentalisation, in which another who lacks responsibility is made to act. Note in C.122 where the instrumentalisation of the executor lies.