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Ramiro Pellitero, Professor of Canon Law

A new way of being Christian

Tue, 27 Dec 2011 09:21:00 +0000 Posted in Analisisdigital.com

En su discurso a la curia romana con motivo de la Navidad (22-XII-2011), Benedicto XVI ha trazado los perfiles de un modo nuevo, "rejuvenecido", de ser cristianos. En ese texto cabe distinguir dos partes, una introductoria y otra más concreta.

1. El Papa comienza señalando cómo la crisis económica de Europa tiene una base ética. Y analiza con precisión esa crisis de la conciencia europea: sus valores, su conocimiento y su voluntad. Los valores: "Aunque no están en discusión algunos valores como la solidaridad, el compromiso por los demás, la responsabilidad por los pobres y los que sufren, falta con frecuencia, sin embargo, la fuerza que los motive, capaz de inducir a las personas y a los grupos sociales a renuncias y sacrificios". El conocimiento y la voluntad, añade, no siguen siempre la misma pauta. "La voluntad que defiende el interés personal oscurece el conocimiento, y el conocimiento debilitado no es capaz de fortalecer la voluntad".

Se detiene luego en la situación de la Iglesia: "No sólo los fieles creyentes, sino también otros ajenos, observan con preocupación cómo los que van regularmente a la iglesia son cada vez más ancianos y su número disminuye continuamente; cómo hay un estancamiento de las vocaciones al sacerdocio; cómo crecen el escepticismo y la incredulidad".  Y se pregunta qué debe hacerse. Muchos dicen que hay que hacer muchas cosas, pero eso no resuelve el problema. "El núcleo de la crisis de la Iglesia en Europa es la crisis de fe. Si no encontramos una respuesta para ella, si la fe no adquiere nueva vitalidad, con una convicción profunda y una fuerza real gracias al encuentro con Jesucristo, todas las demás reformas serán ineficaces". ¿Cómo encontrar la luz y la fuerza para la nueva evangelización?

2. En este marco Benedicto XVI se fija especialmente en su viaje a África y en la JMJ de Madrid. En África afirma haber encontrado una fe sostenida por la alegría que lleva a servir a Cristo sin replegarse en el propio bienestar:  "Encontrar esta fe dispuesta al sacrificio, y precisamente alegre en ello, es una gran medicina contra el cansancio de ser cristianos que experimentamos en Europa".

En la misma línea, la experiencia de la JMJ de Madrid, "ha sido también una medicina contra el cansancio de creer. Ha sido una nueva evangelización vivida". Y afirma: "Cada vez con más claridad se perfila en las Jornadas Mundiales de la Juventud un modo nuevo, rejuvenecido, de ser cristiano". Y es este modo renovado y rejuvenecido de ser cristiano el que caracteriza Benedicto XVI con cinco rasgos:
   
1) El punto de partida, y es bueno notarlo, es "una nueva experiencia de la catolicidad, la universalidad de la Iglesia". A pesar de provenir de todos los continentes, de diversas lenguas y culturas, los jóvenes han quedado impresionados al encontrarse de inmediato unidos, "juntos como una gran familia". Una familia unida en torno a Jesucristo, en torno a la oración y a la liturgia. Y han recibido un mismo impulso en la razón, la voluntad y el corazón. Han comprobado que "el hecho de que todos los seres humanos sean hermanos y hermanas no es sólo una idea, sino que aquí se convierte en una experiencia real y común que produce alegría". Y, así, dice el Papa, "hemos comprendido también de manera muy concreta que, no obstante todas las fatigas y la oscuridad, es hermoso pertenecer a la Iglesia universal, a la Iglesia católica, que el Señor nos ha dado".
   
2) De ahí arranca ese "modo nuevo de vivir el ser hombres, el ser cristianos". Evocando a los voluntarios de la JMJ, dice: "Algo fundamental se me ha hecho evidente: estos jóvenes habían ofrecido en la fe un trozo de vida, no porque había sido mandado o porque con ello se ganaba el cielo; ni siquiera porque así se evita el peligro del infierno. No lo habían hecho porque querían ser perfectos. No miraban atrás, a sí mismos".

Esos jóvenes, añade, hicieron lo contrario que la mujer de Lot, que, por mirar atrás, se convirtió en una estatua de sal. Y observa: "Cuántas veces la vida de los cristianos se caracteriza por mirar sobre todo a sí mismos; hacen el bien, por decirlo así, para sí mismos. Y qué grande es la tentación de todos los hombres de preocuparse sobre todo de sí mismos, de mirar hacia atrás a sí mismos, convirtiéndose así interiormente en algo vacío, ‘estatuas de sal'". En cambio, "aquí no se trataba de perfeccionarse a sí mismos o de querer tener la propia vida para sí mismos".

Concluyendo: "Estos jóvenes han hecho el bien –aun cuando ese hacer haya sido costoso, aunque haya supuesto sacrificios– simplemente porque hacer el bien es algo hermoso, es hermoso ser para los demás. Sólo se necesita atreverse a dar el salto".    

All this, the Pope adds, "was preceded by meeting with Jesus Christ, a meeting that enkindles in us love for God and for others, and frees us from the search for our own 'I'". Both in Africa - especially in the religious of Mother Teresa - and in Madrid, the Pope found "the same generosity of putting oneself at the disposal of others; a generosity in giving oneself which, in final, is born of meeting with Christ who has given himself for us".

3) Adoration, as an act of faith, was manifested in the United Kingdom (Hyde Park), in Zagreb and in Madrid (Cuatro Vientos). There it became clear, according to Benedict XVI: "God is not just any hypothesis, possible or impossible, about the origin of the universe. He is there. And if he is present, I bow before him. Then reason, will and heart open up to him, starting from him. In the risen Christ is present the God who became man, who suffered for us because he loves us. We enter into this certainty of God's bodily love for us, and we do so by loving with him. This is adoration, and this will later mark my life".

4) The Sacrament of Penance, thanks to which "we recognize that we continually need forgiveness and that forgiveness means responsibility". Certainly, the Pope explains, "there exists in man, coming from the Creator, the availability to love and the capacity to respond to God in faith". But, at the same time, "stemming from man's sinful history (the Church's teaching speaks of original sin), there is also the opposite tendency to love: the tendency to selfishness, to self-absorption, indeed, to evil. My soul is stained again and again by this force of gravity in me, which draws me downward". Consequently: "This is why we need the humility that always asks God for forgiveness; that allows itself to be purified and that awakens in us the contrary force, the positive force of the Creator, which draws us upwards".

5) The joy of faith. According to Josef Pieper, only he who is loved can love himself. We all need to be welcomed by others. And in the end, we need an unconditional acceptance, which is God's own, because only He guarantees us that "it is good that I exist". If our perception of being loved by Him is lacking, we do not know if our life is worth living, and we are overcome by sadness. The certainty that we are loved by God comes only through faith.

At final, the profiles of this new way of being Christian, which is a rejuvenated way of being a person, according to the Pope, are: the finding of the Church as God's family, the beauty of generosity, the center of adoration, the sacrament of Penance and the joy of faith. Five highways for the New Evangelization.